Son enfermedades transmitidas por el agua el cólera, fiebre tifoidea, shigella, poliomielitis, meningitis y hepatitis A y E.
Las enfermedades diarreicas, las principales enfermedades transmitidas
por el agua, prevalecen en numerosos países en los que el tratamiento de
las aguas servidas es inadecuado. Los desechos humanos se evacúan en
letrinas abiertas, canales y corrientes de agua, o se esparcen en las
tierras de labranza. Según las estimaciones, todos los años se registran
4.000 millones de casos de enfermedades diarreicas, que causan 3 a 4
millones de defunciones, sobre todo entre los niños .
El uso de aguas servidas como fertilizante puede provocar epidemias o
enfermedades como el cólera. Estas enfermedades pueden incluso volverse
crónicas en lugares donde los suministros de agua limpia son
insuficientes. A principios de los años noventa, por ejemplo, las aguas
servidas sin tratar que se utilizaban para fertilizar campos de
hortalizas ocasionaron brotes de cólera en Chile y Perú .
En Buenos Aires, Argentina, una "villa miseria" sufrió continuos brotes
de cólera, hepatitis y meningitis porque sólo 4% de las viviendas
tenían agua corriente o servicios higiénicos adecuados, mientras la
alimentación deficiente y el poco acceso a los servicios médicos
agravaban los problemas de salud.
Las sustancias tóxicas que van a terminar al agua dulce son otra causa
de enfermedades transmitidas por el agua. Cada vez más se encuentran en
los suministros de agua dulce productos químicos para la agricultura,
fertilizantes, plaguicidas y desechos industriales. Esos productos
químicos, aun en bajas concentraciones, con el tiempo pueden acumularse
y, finalmente, causar enfermedades crónicas como cánceres entre las
personas que usan esas aguas.
Enfermedades vinculadas a la escasez de agua
Se considera que muchas otras enfermedades —inclusive el tracoma, lepra,
tuberculosis, tos ferina, tétanos y difteria— están vinculadas a la
escasez de agua (también conocidas como enfermedades vinculadas a la
falta de higiene) porque prosperan en condiciones de escasez de agua y
saneamiento deficiente. Las infecciones se transmiten cuando se dispone
de muy poca agua para lavarse las manos. Estas enfermedades, galopantes
en la mayor parte del mundo, pueden controlarse eficazmente con mejor
higiene, para lo cual es imprescindible tener agua adecuada.
Algunas enfermedades parasitarias que generalmente no se consideran
relacionadas con el agua y cuyo alcance era anteriormente limitado han
estado extendiéndose rápidamente con el aumento de la población y la
contaminación de los suministros de agua. La cisticercosis, por ejemplo,
una enfermedad habitualmente producida por las tenias que se encuentran
en la carne poco cocinada del cerdo, y limitada a las zonas rurales, se
extendió rápidamente en la ciudad de México a principios de los años
ochenta. Al crecer desmesuradamente la población de la ciudad, el
parásito se multiplicó en el agua sumamente contaminada del río Tula,
que suministra gran parte del agua para beber de los asentamientos
precarios de las afueras de la ciudad. Decenas de miles de personas que
vivían aguas abajo del sistema de alcantarillado de la ciudad se
infectaron.
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